
Tenerife es una isla de contrastes reales. En menos de una hora puedes pasar de un bosque húmedo y verde a un paisaje volcánico que parece otro planeta, y terminar el día en una playa con clima suave. Por eso, un viaje en coche es ideal: te da libertad para moverte por microclimas, evitar horas punta y combinar lo mejor del norte vs. sur sin sentir que vives dentro del GPS.
Este itinerario de 6 días está pensado para un primer viaje equilibrado: días de playa para bajar revoluciones, días de sendero para ver la Tenerife más espectacular, y rutas por zonas para no repetir carreteras innecesariamente. Incluye tiempos realistas, ideas de paradas y alternativas por si hay viento, calima o nubes.
Cómo plantear Tenerife en coche para que sea cómodo

Norte vs. sur: qué cambia de verdad
- Norte: más verde, más “canario”, con pueblos bonitos, bosques (Anaga), costa más salvaje y nubes frecuentes. Ideal para paseos y fotografía.
- Sur: más seco y soleado la mayor parte del año, con más oferta de playas, resorts y calas accesibles. Ideal para descansar, bañarte y cerrar el viaje con clima estable.
La decisión clave es logística: o haces una base única (más simple, pero con más trayectos diarios), o divides en dos bases (menos conducción, más tiempo útil).
Opción recomendada de alojamiento
Para no agotarte:
- 3 noches en el norte (La Laguna o Puerto de la Cruz)
- 3 noches en el sur (Costa Adeje, Los Cristianos o El Médano)
Así reduces desplazamientos y vives el contraste norte-sur de forma natural.
Consejos prácticos de conducción en Tenerife
- Calcula siempre margen: carreteras de montaña, curvas y miradores “que piden parar”.
- En zonas altas (Teide), la temperatura baja mucho. Lleva capa, incluso si abajo hace calor.
- Aparcar en pueblos turísticos puede ser lo más lento del día: mejor llegar temprano.
Día 1 — Primera toma de contacto (norte): La Laguna + Santa Cruz + atardecer fácil
Mañana: La Laguna para empezar con calma
Empieza por San Cristóbal de La Laguna, una base perfecta para ubicarse. Es caminable, agradable y te mete en el ambiente canario sin necesidad de “hacer un gran plan”.
Ideas sencillas:
- Paseo por el casco histórico.
- Café tranquilo y primera comida sin prisas.
Tarde: Santa Cruz (zona litoral y paseo urbano)
Baja a Santa Cruz de Tenerife para un paseo ligero. Este día no debe ser intenso: vienes de viaje y necesitas adaptar ritmo.
Plan realista:
- Paseo urbano corto.
- Un mirador o zona cercana al mar para respirar.
Cierre del día
Vuelve al norte temprano y cena cerca del alojamiento. Mañana toca naturaleza.
Día 2 — Anaga: el Tenerife verde y sus senderos más agradecidos
Anaga es una de las grandes joyas de la isla. Aquí el objetivo no es “verlo todo”, sino elegir bien: un par de paradas panorámicas y un sendero que encaje con tu forma física.
Mañana: miradores y carreteras escénicas
Haz una ruta circular por la zona, parando en:
- Un mirador principal (para fotos y orientación).
- Un segundo mirador o punto alto para ver cómo cambian las nubes.
Consejo: en Anaga el clima cambia rápido. Si hay niebla, en vez de frustrarte, úsalo a tu favor: el bosque con bruma tiene un encanto especial.
Mediodía: pausa larga (imprescindible)
Anaga se disfruta sin prisas. Mete una comida tranquila o un picnic sencillo. Te recupera para el sendero.
Tarde: sendero “amable” (elige según energía)
Elige una caminata:
- Corta (60–90 min): ideal si quieres probar sin cansarte.
- Media (2–3 h): perfecta si te apetece sentir el bosque de verdad.
Lleva calzado con agarre. En zonas húmedas, el suelo puede resbalar.
Día 3 — Teide: volcán, miradores y caminata de paisaje lunar
El Teide no es solo “subir y ya”. Para disfrutarlo, combina carreteras panorámicas, una caminata corta y un atardecer si el cielo está limpio.
Mañana: subida con paradas inteligentes
Sube con calma y detente en 2–3 puntos panorámicos. No conviertas el día en una carrera por miradores: el paisaje se repite con matices, y eso es lo bonito.
Mediodía: caminata corta en zona volcánica
Haz una ruta sencilla en entorno volcánico. El objetivo es caminar y sentir el lugar, no sumar kilómetros.
Consejos:
- Agua y algo de abrigo.
- Protector solar: arriba pega fuerte, incluso con brisa.
Tarde: atardecer o vuelta temprana
Si el día está claro, el atardecer en zonas altas puede ser inolvidable. Si hay nubes o calima, mejor volver antes y reservar energía para el cambio al sur del día 4.
Nota útil: algunas actividades de alta montaña o accesos concretos pueden requerir reserva/permiso según temporada. Si tienes un plan muy específico (por ejemplo, un ascenso concreto), compruébalo con antelación.
Día 4 — Transición norte → sur por la cara “escénica”: Garachico + costa oeste + Los Gigantes
Este es el día perfecto para cambiar de base sin que sea “un día perdido”. La clave es hacer paradas que están en ruta y no desviarte demasiado.
Mañana: norte/oeste con pueblos con encanto
Haz una mañana de carretera bonita y pueblo:
- Paseo corto por un pueblo costero con personalidad.
- Parada de fotos y café.
- Tiempo de estirar piernas.
Mediodía: ruta hacia el oeste (sin prisas)
La costa oeste ofrece vistas muy potentes. Mantén el ritmo simple:
- Un mirador principal.
- Comida tranquila.
Tarde: Los Gigantes y llegada al sur
Termina el día en Los Gigantes para un paseo al atardecer. Luego, llega a tu alojamiento del sur y haz check-in sin prisas.
Este día es ideal para dormir temprano: mañana toca playa.
Día 5 — Día de playa en el sur: descanso real y un extra ligero

Un buen itinerario no es solo “hacer cosas”; es también recuperar energía para disfrutar mejor. El sur es perfecto para un día de descanso.
Mañana: playa sin complicaciones
Elige una playa según tu estilo:
- Amplia y cómoda (para tumbarte y olvidarte del reloj).
- Más natural y ventosa (si te gusta el ambiente abierto).
- Cala tranquila (si priorizas desconectar).
Mediodía: comida lenta (la regla del viaje)
Hoy la comida debe ser una pausa larga de verdad. Sin prisas, sin “tenemos que ir a…”.
Tarde: extra opcional sin agotar
Si te apetece “algo más” pero ligero:
- Paseo costero al atardecer.
- Mirador cercano.
- Un pueblo con ambiente para cerrar el día.
La idea es acostarte sintiendo que has descansado.
Día 6 — Sendero final + cierre con vistas: naturaleza sin volver agotado
Para el último día, lo más inteligente es elegir un sendero que sea bonito pero razonable. Nada de “la ruta más dura” justo antes de volver.
Mañana: sendero de nivel medio o fácil
Elige una caminata que encaje con tu energía:
- Si estás fresco: ruta de 2–3 horas.
- Si estás cansado: paseo de 60–90 minutos en paisaje volcánico o costero.
Mantén una regla: termina la caminata con margen para ducha, comida y conducción sin prisas.
Mediodía: comida de cierre
Haz una comida que cierre el viaje con calma. Si puedes, elige un sitio donde puedas sentarte sin reloj, revisar fotos y asimilar el viaje.
Tarde: última postal sin correr
Antes de devolver el coche o ir al aeropuerto, haz un cierre sencillo:
- Mirador cercano al sur.
- Paseo corto por una zona llana.
- Café final.
Es mejor cerrar con un momento bonito que intentar “meter otra isla entera” en tres horas.
Ajustes inteligentes según clima (para que el itinerario no se rompa)
Si hay nubes en el norte
Perfecto: Anaga sigue siendo precioso. Prioriza bosque y rutas cortas, y deja miradores para cuando abra.
Si hay viento fuerte en playas del sur
Cambia por:
- Playa más resguardada.
- Plan urbano corto + mirador al atardecer.
Si hay calima o mala visibilidad
Evita forzar Teide “por obligación”. Cambia el orden: haz costa y pueblos, y reserva Teide para el día con mejor cielo.
Conclusión: la mejor Tenerife en 6 días es la que equilibra contraste y descanso
Este itinerario funciona porque respeta lo que Tenerife es de verdad: una isla de contrastes donde norte vs. sur no es un debate, sino una combinación ganadora. Con tres días más verdes y activos (Anaga y Teide) y tres días más estables y descansados (costa oeste y sur), consigues un viaje completo sin terminar agotado.
Si al final te llevas la sensación de haber visto paisajes distintos, haber caminado lo justo y haber descansado de verdad, significa que lo planteaste bien. Tenerife no se trata de correr de punto en punto, sino de elegir experiencias completas: un bosque con bruma, una carretera volcánica, una tarde de playa y un atardecer que cierre el viaje sin prisa.